La educación más que cualquier otro recurso de origen humano es el gran igualador de las condiciones del hombre, el volante de la maquinaria social

lunes, 5 de julio de 2010

Memoria 6



Memoria 6
“El Paraíso”


Uno de soldado se conoce todo el país, dice Alfredo y en realidad así debe de ser, era común que a los 3 o 4 meses, te fueras destacado a otro cuartel, más si eras oficial, había que ir a manejar a un pelotón, la verdad no era difícil, había que tener un poquito de pajistica, para levantarles la moral.

Recuerdo -dice Alfredo- cuando el capitán Agilares no decía previo salir al monte: “En este pecho no pasan balas”, y todos los 40 del batallón salíamos con la frente en alto y sin miedo, la realidad era otra, al regreso, al que no le entraban balas en el pecho, le entraban por los ojos, por la cabeza, se les caían los pies o las manos, o venían en el lomo de algún otro que por suerte o por desgracia de ellos venían completos.

Esa vez Alfredo fue destacado a Chalate, a la cuarta brigada, al Paraíso y no precisamente al que se entiende por paraíso, era un cartel al que nadie quería ir, por la posición en la que estaba, era blanco fácilmente alcanzable por cualquier mortero, bala o incluso para una pedrada.

Aún no estaba totalmente acomodado en el catre, cuando Alfredo escuchó la voz del centinela, “formación” dijo, Alfredo solo pensó, “puta si no me muero de una bala, me muero de anemia y sueño”. Estando en el patio donde todos los días a las 5 pm se alzaba la bandera, cae como a 40 metros, un mortero, por el lado de los baños, en ese momento no murió nadie, pero era el inició de la primera vez que Alfredo vio tantos muertos en un solo día.

Después del primero, siguió el segundo y el tercero, estos por desgracia si dejaron varios muertos y un par de heridos, era difícil sobrevivir de eso. Entre balas, bombas, muertos y soldados pidiendo auxilio, Alfredo tomó no precisamente su fusil y se condujo a dar apoyo al centinela del lado sur del cuartel. “Aquí está la cuarta brigada hijosdeputa” era la frase más sonada entre balas.

El paraíso se convirtió en un infierno debido a la posición del cuartel, estaba literalmente en un hoyo, eran fácil objetivo en ese momento para la guerrilla, que hasta la fecha se cree prepararon con meses de anticipación. No había ni como darle apoyo a la cuarta brigada, eran casi 700 guerrilleros alrededor del cuartel. Alfredo veía subir por los muros a unos cuantos de ellos y que a sangre fría remataban a sus soldados, no había nadie quien salvará ese día a tanto soldado, Alfredo pensó: “Dios mío mi familia”. Pocos días antes se le había informado que era papá.

Luego de 3 horas y media de enfrentamiento, luchando a capa y espada, a brazo tendido para mantener la posición y el control del cuartel, la ayuda ese día vino de donde menos se esperaba, del cielo.

Los Huey y Md 500, dieron apoyo aéreo ese día, la lucha duró casi 7 horas, la cuarta brigada pudo repeler al ataque con la ayuda de la fuerza aérea, pero sabían de la suerte que ese día les acompaño, no iba a estar de su lado para la próxima. Alfredo recogió entre los muertos la placa de su amigo, “Que paloma es perder a un amigo” dice Alfredo.

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