oscar el mono

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El Verdadero Problema

EL VERDADERO PROBLEMA

Hoy en día están pasando tantas cosas, que muchas veces nos preguntamos si en realidad somos humanos los que poblamos la tierra; hechos que jamás nos pudiésemos haber imaginado que un hombre hiciese a otro hombre, será que la llegada de Dios está más cerca que nunca.

Pues bien, no pretendo dar respuesta a la incógnita anterior, en la misma Biblia dice: “Ni el hijo de Dios sabe la hora…. como el ladrón que llega por la noche, sin avisar”. Lo importante ahora, es reflexionar sobre lo que sucede en el mundo, pero quiero empezar por nuestro país El Salvador.

Hace no mucho, se veto el decreto en el cual se decía que los colegios y escuelas tenían que leer la biblia todos los días, y ¿qué paso con este decreto? Pues bien, lo que pasa siempre, en vez de unir a la sociedad la separó. Consideró que el libro más vendido a nivel mundial, el más leído, el más aceptado y que no pasa de moda y nunca va a pasar, es universal, la esencia es la misma, nos habla del mismo Dios, brincos dieran otros países, que sus legisladores les dieran esa oportunidad, o sino acordémonos de los tiempos en que los seguidores de Cristo eran perseguidos, muchos otros países se enfrascan en riquezas, pensando que es la felicidad para sus pueblos.

Hace unas dos semanas, leí un artículo del New York Times, donde se mostraba una investigación de los países con índices más altos de felicidad y satisfacción a nivel mundial, para nadie es nuevo que en Estados Unidos se encuentra de todo, hablando de cosas materiales, pues bien para sorpresa de muchos, es el país con más insatisfacción y menos feliz de todos. El artículo no decía nada más que esto.

Ahora yo reflexiono; será lo material lo más importante en la vida…. Claro que no!!! El hombre es más que un ser consumista como la misma sociedad lo presenta, nosotros somos seres espirituales, la verdadera felicidad es aquella que viene del alma, aquella que se quiere compartir con los demás. En esos países del primer mundo donde encontramos todos los placeres de la vida, son los menos felices pero les aseguro que son los que poseen mayor índice de avaricia, codicia, envidia, porque la sociedad nos lleva a un punto de querer más y más y nunca saciar nuestras necesidades que son además “creadas por nosotros mismos”.

Abraham Maslow en su teoría de la motivación humana (A Theory of Human Motivation) formula una jerarquía de necesidades humanas en las cuales a medida se van satisfaciendo las más básicas se desarrollan las más elevados, de esa manera tenemos un ser motivado.

1. Necesidades Fisiológicas
2. De Seguridad
3. De afiliación o sociales
4. De Reconocimiento
5. De Autorrealización

Lo anterior es verdad, pero yo agregaría una más, la 6, que está por arriba de todas las anteriores, la cuál sería: De Espiritualidad.

En El Salvador, vivimos en un tiempo muy difícil, a mi perspectiva todo lo que se da, no es por problemas económicos que desembocan en otros problemas sociales lo que mi país, tú país, tiene son problemas del CORAZÓN, creo que aquel que está cerca de los pasos de Dios, para los que confiamos en ese Rey y la ética para los que son un poco más filosóficos, no hiciésemos tales cosas como las que se ven día a día por las noticias. Y es porque debemos de regirnos por una solo moral ética cristiana, “NO HAGAS AL OTRO LO QUE NO QUISIERAS QUE TE HICIERAN A TI” o dicho de otra manera “AMA A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO”, El Salvador necesita de esperanza, de paz en los corazones, de la presencia de Dios en ellos, de que sirve congregarte, de saber que tienes a Dios en tu alma y corazón si afuera existen tantos miles que no lo conocen; te aseguro que Dios te va a preguntar a cuantos tu les hablaste de mi, a cuantos tu les ofreciste acercarse a mi.

Será que no somos capaces de cumplir la misión que Dios nos ha dado o será que en nuestra alma no está Dios……. Aquel que ha probado el inmenso amor de Dios en su corazón te aseguro que no se queda con esa experiencia, lo hace público, lo quiere compartir, porque el amor de Dios es tan grande, maravilloso y sobrenatural que nuestro cuerpo no lo soporta y surge la necesidad de compartirlo y darles un poquito de las grandezas que él nos ha dado.

Hechos y no palabras, actos y no frases, amor sin interés.