La educación más que cualquier otro recurso de origen humano es el gran igualador de las condiciones del hombre, el volante de la maquinaria social

sábado, 19 de marzo de 2011

Realidades del SAG




Hay un dicho alemán que dice: “Si de joven no fuiste revolucionario, nunca fuiste joven”. Y es cierto, ya que la mayoría de jóvenes siempre está al contrario del sistema, para bien o para mal, siempre busca lo que para él es lo mejor, define sus teorías y defiende sus pensamientos, haciendo sus propias hipótesis y sus posibles consecuencias.
Considero que hay dos tipos de jóvenes, al primero lo definiría como el joven crítico y el joven contreras.

El primero es aquel que tiene un pensamiento social, que no es impuesto ni mucho menos, más bien es una forma de ver la vida gracias a su pensamiento crítico, que a la vez es afectado por la realidad en la que se desenvuelve. La mayoría de estos jóvenes no les cuesta soñar, como aquel viejo refrán popular: “Soñaba el ciego que veía y soñaba lo que quería ver”.

Los jóvenes en la actualidad luchamos por hacer la diferencia, buscamos oportunidades que nos den una satisfacción humana, y me refiero a humana cuando digo, que hoy necesitamos de la sonrisa de otro menos afortunado, a algún premio por mérito.
Hay muchos que queremos dejar huella, pero no una huella para ser glorificados frente a otros que buscan lo mismo, sino una gloria en el campo de batalla, donde las huellas se dejan en los corazones de las personas, donde sean ellas mismas las que premien el esfuerzo realizado.

Los jóvenes sociales, de hoy en día buscamos las oportunidades no para demostrar algo, sino por satisfacción propia y resulta injusto y poco ético que existan personas que se beneficien y que además no reconozcan el sudor de aquellos que dejan alma y corazón por todos aquellos que más lo necesitan.

Señores del SAG, no tienen que jugar con las intenciones de muchos que ingresamos por dejar huella no en sus arcas, sino en los corazones de los habitantes de apopa, Berlín; no es justo que no vean el sudor y las ganas de aquellos seminaristas que dejaron sus familias un fin de semana por hacer diferencia en aquellas comunidades más pobres y desprotegidas del país.

Que las autoridades vengan a decir que gracias al gobierno actual se están haciendo cambios como por ejemplo en el municipio de Apopa, si es su obligación, es su trabajo hacerlo, no es un favor que le hacen a la sociedad, la iniciativa es de los seminaristas que son los que día a día se asolean y sudan la camiseta a la par de la comunidad.

Nunca vamos a ver un seminarista que solo llega a dar una conferencia de prensa y decir que estamos trabajando por la comunidad, el seminarista, estructura, provee y ejecuta, es lo que lo hace diferente. Da lástima que personas utilicen cargos en el gobierno para glorificarse o decir que hacen buenas obras; de alguna manera esos sueldos de más de $1000 tienen que devengarse.

El que tenga que entender que entienda, el que se quiera hacer el sordo, que se haga, al final la verdad siempre reluce.
Mientras más realidades enfrentemos día a día, más nos damos cuenta de que la irrealidad es el programa principal del día.

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